El enoturismo, mil formas de disfrutar el vino

El turismo del vino experimenta estos tiempos un notable crecimiento debido a la gran variedad de actividades que se ofrecen

José Ortega Izco


Contrario a lo que la mayoría pensamos, el vino no es solo algo que se pueda tomar entre pintxos o mezclado con coca-cola en fiestas de pueblos, el vino se puede saborear con los cinco sentidos y dentro de todas las franjas de edad, es un turismo al alza, como dejan claro los datos de los últimos años.

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Desde 2008, el turismo del vino ha experimentado un aumento anual del 5% en afluencia de público, debido en gran medida a las novedosas técnicas llevadas a cabo por las bodegas. Según Montserrat Espremans, profesora de turismo en la Universidad de Burgos, el enoturismo es una actividad que “está en claro y acentuado desarrollo, las bodegas ya no solo se encargan de realizar catas, ahora se convierten en museos, salas de conciertos e incluso cines”, haciendo que este reclamo se diversifique y “llegue de forma más variada a un público mucho más amplio”.


Cabe destacar entre esta amplia ola de innovaciones en el vino al festival realizado en la pequeña ciudad de Haro (La Rioja) `El Rioja y los 5 sentidos´, en el cual se disfruta del vino con cada uno de los sentidos durante un mes completo, realizando actividades tan variadas como catas de pintxos y vinos con los ojos tapados para el sentido del gusto; conciertos, talleres infantiles y conversaciones en torno al vino de exdeportistas y profesionales de los medios de comunicación para el oído; para el tacto y el olfato hay catas con sentido en las que se puede experimentar con la densidad, la temperatura, el carbónico y la turbidez del vino; y sesiones de cine y visitas a museos para el deleite de la vista. “No hay que pensar que el vino es un exponente exclusivo de La Rioja y proximidades”, recuerda Montserrat Espremans, “si no que es algo que se explota en muchas regiones distintas de nuestro país”, existen también muchas otras actividades como visitas teatralizadas o mezclas tan originales como el Wine Flamenco que llevan a cabo en Cáceres.

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Por todo esto, creemos que el vino es un claro exponente de nuestro país y un reclamo turístico que se puede disfrutar de muchas más formas de las que podemos imaginarnos y os animamos a que las probéis todas siempre y cuando claro, el que conduzca se quede mirando. ¡Qué viva el vino!

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